Casos de la vida real
Historias de Éxito en Diagnóstico Cardiológico
Cada mascota es mucho más que un simple paciente; es un miembro querido de la familia.
Por eso, no solo quiero compartir casos clínicos desde una perspectiva veterinaria, sino también historias de la vida real desde un punto de vista humano. Estos artículos son una ventana a las experiencias, desafíos y alegrías que acompañan el cuidado de las mascotas. Al compartir estas historias, esperamos no solo informar, sino también conectar con aquellos que comprenden el profundo vínculo que compartimos con nuestros amigos peludos.
Cada relato aquí busca reflejar la importancia de la empatía, la dedicación y el amor que ponemos en nuestra labor diaria.
Hoy, Milo y sus hermanas vienen regularmente a consulta una vez al año para control cardiológico.
Están estables y medicados.
La comunicación fluida y la colaboración estrecha con mi colega tranquilizan mucho a su mama humana
MILO
Milo es un perro caniche, el único varón en una familia de cuatro caniches, todos pacientes de una colega veterinaria, y dos de ellos con antecedentes cardiológicos.
La importancia de la consulta clínica
Durante la consulta clínica, al auscultar a Milo, mi colega notó un soplo. Inmediatamente me derivó a Milo para una consulta cardiológica completa, donde se sugirió realizar un estudio electrocardiográfico, un ecocardiograma y una placa de tórax.
La importancia de un buen diagnóstico cardiológico
En la consulta cardiológica, a través del ecocardiograma, se evaluó el tamaño de las cámaras cardíacas y el movimiento de las válvulas.
Se determinó la fracción de acortamiento, es decir, la capacidad de contractilidad del corazón.
El electrocardiograma midió la actividad eléctrica del corazón, permitiendo detectar si había un agrandamiento cardíaco según el QRS.
Con la radiografía de tórax se evaluó el tamaño biventricular y la elevación de la aurícula izquierda, en caso de estar agrandada por el reflujo permanente de sangre.
A Milo se le diagnosticó una insuficiencia valvular mitral compensada.
Tras enviar el informe por correo a mi colega y conversar con ella sobre su enfoque profesional para el paciente, me dio su conformidad para proceder con la medicación correspondiente.
BRUNO
Bruno es un simpático perro Shih Tzu de 8 años, siempre alegre y juguetón.
Su hermanita adoptiva, Nina, una caniche de 16 años, tenía una cardiopatía congénita y estuvo en tratamiento durante muchos años hasta que falleció debido a su avanzada edad.
La importancia de los vínculos
A pesar de la diferencia de edad, Bruno y Nina eran muy unidos.
Tras la pérdida de Nina, Andrea, la mama humana de Bruno, empezó a notar cambios inusuales en él.
Bruno quería dormir en el colchoncito de Nina y comenzó a imitar su comportamiento.
Además, estaba decaído, sin ganas de comer y le costaba realizar sus paseos cotidianos, lo cual preocupó a Andrea profundamente. Al principio, atribuyó estos cambios a la tristeza por la pérdida de su hermanita.
La importancia de saber escuchar
Como veterinarios, también debemos estar preparados para auscultar y comprender las preocupaciones de los humanos
Andrea decidió llevar a Bruno a consulta y, con mucha vergüenza, nos confesó que sospechaba que Bruno estaba intentando ocupar el lugar de Nina. A pesar de que inicialmente esta intuición le pareció ilógica, Andrea tenía experiencia previa con una perrita cardiópata y comenzó a sospechar que los síntomas de Bruno podrían indicar algo más que tristeza.
Durante la auscultación, Bruno presentaba un soplo en foco mitral. Al auscultar sus pulmones, buscamos signos de alteraciones en la mecánica respiratoria o ruidos anormales, encontrando rales crepitantes y otros sonidos patológicos.
Posteriormente, le realizamos un electrocardiograma para descartar arritmias y evaluar los volúmenes ventriculares.
Luego, se realizó un ecocardiograma para evaluar el funcionamiento de las válvulas, el tamaño de las cámaras cardiacas, el grosor de las paredes y la función contráctil del corazón.
Además, mediante la ecografía transtorácica, evaluamos la posible presencia de líquido en las hojas pleurales y pericárdicas para detectar efusión, y se realizó una radiografía de tórax para evaluar la silueta cardiaca y el tamaño de las cámaras ventriculares.
Con estos estudios, hechos en el mismo momento de la consulta, se diagnosticó una insuficiencia valvular mixomatosa en la válvula mitral de Bruno, y se procedió sin demora con el tratamiento adecuado.
A las 48 horas, Andrea nos llamó muy contenta: Bruno había recuperado el apetito y ya no presentaba dificultades respiratorias. En poco tiempo, ambos estaban disfrutando nuevamente de sus paseos cotidianos juntos.